Cuando se pierde la ilusión por las cosas que hacemos

 

Ya queda poco para tomarnos unas merecidas vacaciones. Es lo que la mayoría de las personas deseamos durante todo el año. Llega el verano, y vienen las vacaciones más largas del año.

Pero no todo el mundo desea que lleguen las vacaciones de la misma manera, cómo no todo el mundo, desea que llegue el fin de semana de la misma manera.

Depende de nuestra situación personal y profesional, esas merecidas vacaciones o esos días de descanso durante la semana son un deseo frente a la desesperación, hastío, y falta de ilusión que podemos tener por lo que hacemos en nuestro trabajo, o en nuestro día a día.

Una cosa muy distinta es querer marcharse de vacaciones por una necesidad de descanso, desconectar, aprovechar para visitar nuevos lugares o hacer cosas que no tenemos tiempo durante el año; y otra muy distinta, es desear irse de vacaciones, porque no podemos más, porque es una manera de escapar de la rutina diaria que nos esta consumiendo, y de la cuál, hemos perdido la ilusión y las ganas.

No encontrar en nuestro día a día, bien sea en el trabajo o en la vida personal, la ilusión, las ganas, la motivación y el empuje, es síntoma de que lo que estamos haciendo no nos está realizando como personas.

Se dice que nos pasamos la vida buscando la felicidad. Y que la felicidad esta en las pequeñas cosas del día a día. Pero si estas pequeñas cosas no nos ilusionan, no nos llenan y no nos ayuda a cumplir una misión, puede ocurrir que ni en las pequeñas cosas encontremos esa felicidad tan anhelada.

Dice Robin Sharma en su libro el monje que vendió su Ferrari, libro recomendado.

La verdadera fuente de la felicidad se concreta, en una palabra: Realización 

Muchas veces observamos a nuestro alrededor, como hay personas que están contentas, con una sonrisa todo el día. Proyectan en los demás una sensación de estar haciendo lo que tienen que hacer. Proyectan en los demás la idea de felicidad.

Nos deberíamos preguntar, si esas personas en su día a día han encontrado la misión por la que se sienten completamente realizadas. Han encontrado tal simplicidad en sus vidas, que pueden disfrutar de las pequeñas cosas, porque éstas son las que les van dando satisfacciones, y les van generando cada día más ilusión y motivación para seguir avanzando.

Hoy se habla de la vida con propósito. De hacer las cosas que hacemos porque hay un propósito, un Porqué tan fuerte, que hace que en ese propósito desarrollemos nuestros talentos y todas aquellas habilidades en las que nos sentimos fuertes y con completa confianza.

Cuando lo que haces tiene un sentido; cuando construimos nuestra vida dándole un sentido, que encaje con nuestros valores, prioridades y deseos, la ilusión por avanzar en ese propósito nunca va a decaer.

Voy a analizar la Realización partiendo del análisis de la pirámide de Maslow.

 

Maslow en su obra “Teoría de la Motivación humana” formula una jerarquía de necesidades humanas, dónde nos explica que las personas necesitamos satisfacer necesidades desde las más básicas hasta necesidades y deseos más elevados.

Según el autor, nuestras acciones nacen de la motivación dirigida hacia el objetivo de cubrir ciertas necesidades, y éstas van en escala en función de la importancia vital para nuestro bienestar.

Maslow decía en su obra, que las personas tienen un deseo innato para autorrealizarse, para ser lo que quieren ser, y que contamos con la capacidad para conseguir nuestros objetivos de manera autónoma, si nos encontramos en un ambiente propicio.

En los países más desarrollados se está experimentando un enorme aumento de las depresiones, ansiedad, tristeza y desesperanza. Unos países, dónde las primeras escalas de la pirámide de Maslow son satisfechas en más o menos medida, y la tendencia del ser humano es no conformarse y querer más. De ahí, que siempre se esté en la búsqueda de alcanzar los niveles más altos, para alcanzar la autorrealización.

Ese sentimiento de autorrealización, como parte de encontrar la felicidad desde la ilusión por diferentes cosas en la vida, hace que hoy en día, exista cada vez más un interés por trabajar el “desarrollo de las necesidades internas”, el desarrollo espiritual, la conciencia por lo cotidiano, de las cosas cotidianas cargadas de valor. De un valor no solo para nosotros, sino también para aportar a los demás.

En definitiva, se esta trabajando más en volver a la simplicidad de las cosas, a la simplicidad de la vida, para volver a ilusionarnos desde la base, desde la conciencia de lo que somos y de lo que deseamos llegar a SER, y no de lo que tenemos y deseamos tener.

Hay unas palabras muy bonitas que quiero compartir con vosotras, y que justamente, buscan la ilusión en lo sencillo, en buscar proyectos y objetivos que nos ilusionen desde nuestro SER, desde nuestros valores internos y no desde los valores externos que no son coherentes con nosotras.

Ganarse el respeto de las personas inteligentes y el cariño de los niños. Apreciar la belleza de la naturaleza y de todo lo que nos rodea. Buscar y fomentar lo mejor de los demás. Dar el regalo de ti mismo a otros sin pedir nada a cambio, porque es dando como recibimos. Haber cumplido una tarea, como salvar un alma perdida, curar a un niño enfermo, escribir un libro o arriesgar tu vida por un amigo. Haber celebrado y reído con gran entusiasmo y alegría, y cantado con exaltación. Tener esperanza incluso en tiempos de desesperación, porque mientras hay esperanza hay vida. Amar y ser amado. Ser entendido y entender. Saber que alguien ha sido un poco más feliz porque tú has vivido. (Ralph Waldo EMERSON).

Siempre tenemos en nuestra vida cosas que hacer que no nos ilusionan nada, y que tenemos la obligación de cumplir con ellas. Pero si la vida pasa, cargada de tareas sin ilusión y que no nos llenan diariamente, es normal que sintamos un vacío interior; que llegue el momento que nos sentemos a escuchar nuestro corazón, y éste nos diga que no sabe por dónde tirar, que ha perdido la ilusión por todo, y que no sabe por dónde empezar a buscar, otros caminos que le lleven a recobrar la ilusión.

¿Por qué hemos de escuchar al corazón? – preguntó el muchacho.

Porque dónde él esté, estará tu tesoro. (Paulo Coelho, El Alquimista)

 

Escucha a tu corazón para encontrar de nuevo aquellos proyectos, objetivos e ideas que te devuelvan la ilusión. Escucha a tu corazón para tomar las decisiones que te pueden llevar al camino de la autorrealización. Aquella que solo te pertenece a ti, y que es coherente con tus valores, con tus ideas y con lo que sientes.

¿Últimamente has perdido ilusión en las cosas que haces?

¿Sientes que no encuentras aquellos proyectos o ideas que no te ilusionan?

¿Te gustaría encontrar ese proyecto laboral que te llenara de ilusión cada día y que diera cierto sentido a tu vida personal?

¿Sientes que en tu vida personal y profesional no encuentras esa misión que te puede hacer que te sientas realizada e ilusionada cada día?

¿No sabes qué hacer con tu vida profesional?, ¿no sabes de qué manera orientarte?

 

Envíame un email (Contacto) y cuéntame que cosas te preocupa y no encajan en tu vida, quizás podamos encontrar una solución juntas.

¡FELICES VACACIONES!

Con gran cariño de una Expat  😉 

1 comentario en “Cuando se pierde la ilusión por las cosas que hacemos”

  1. No me ilusiona nada,las cosas las hago porq tengo q hacerlas,era feliz con mi esposo hasta qué me di cuenta q me traicionó y ya las cosas han cambiado vivo con el ,,aunque lo quiero y lo respeto y el hace muchas cosas para q yo este bn ya no es igual

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