Pasos para gestionar tu cambio: lo que eres y lo que quieres llegar a ser

 

Hay momentos en los que no encontramos sentido a nuestra vida. Nos pasamos un día tras otro haciendo lo mismo. Repitiendo un mismo día 365 días al año.

Existe dentro de nosotros un sentimiento de vacío cuando no hemos alcanzado la realización anhelada. Este sentimiento aparece cuando nos paramos, cuando dejamos que la rueda de hámster deje de girar un instante. En ese momento, pasa por delante de nosotros toda nuestra existencia. Una existencia a la que no le encontramos el sentido de realización que queremos.

Darse cuenta de todo esto y poder analizarlo, implica tener que bajarse de la rueda, y mirar todo lo que estamos haciendo en nuestro presente. Este momento es muy duro, porque nuestros patrones mentales nos hacen seguir pensando que el cambio es muy difícil; supone mucho esfuerzo, tiempo y compromiso. Tres palabras que son difíciles de cumplir en estos momentos, en que el deseo exige ser recompensando de inmediato.

Solo las personas que quieren realizar un cambio real y, que éste se convierta en una transformación sin retorno, tienen que tomar el tiempo y el compromiso, para con esfuerzo, trabajar día a día en los objetivos que quieren alcanzar.

¿Estás dispuesto a comprometerte contigo para hacer un cambio?

 

ETAPAS EN EL PROCESO DE CAMBIO

 

Hay varias etapas claves en este proceso. Y no podemos saltarnos ninguna, para que el cambio sea real y nos lleve al camino de autorrealización que tanto queremos alcanzar.

 

  1. QUERER CAMBIAR Y TENER LA NECESIDAD

La primera de ella es tener la necesidad y querer hacer el cambio. Son muy importantes estas dos ideas.

Tener la necesidad de querer evolucionar y salir del lugar en el que nos encontramos, donde no tenemos ni satisfacción ni ilusión en nuestro día a día. Se dice que querer es poder, y es bien cierto, pero se necesita de un compromiso personal y rodearnos de un entorno que nos apoye en este camino.

Vamos a encontrar muchas voces escépticas que nos van a echar por tierra nuestra idea, pero justo en esta situación, tenemos que ejercer un autoliderazgo para poder influir de manera positiva en estas personas, y evitar que nos generen dudas ante nuestra decisión. Si yo cambio todo cambiará a mi alrededor.

 

 

 

 

  1. ANALIZAR NUESTRA REALIDAD

 Ver dónde nos encontramos, cuál es nuestro punto de partida. Con qué cosas contamos y cuáles nos faltan. Dejar de quejarnos improductivamente para pasar a una acción constructiva.

Aquí viene un trabajo de autoconocimiento. No podemos hacer un cambio si no sabemos qué queremos, cuáles son nuestros recursos, con que apoyos contamos, para qué queremos hacerlo y a dónde nos va a llevar este cambio.

 

  1. CREAR UNA VISIÓN DE NUESTRO FUTURO

 Y para saber hacia dónde vamos a construir nuestro cambio, necesitamos tener una visión de futuro. Conectarnos con lo que queremos conseguir.

Tener una visión del punto o del lugar al que queremos llegar, y los beneficios que vamos a tener en el momento que lo alcancemos.

Para diseñar esta visión necesitamos tener un para qué, un propósito que nos oriente y de sentido a lo que queremos hacer.

Pero esta visión no puede quedar solo en una imagen. Tenemos que sentir todos los beneficios que vamos a obtener, todo lo que vamos a conseguir, todo lo que podemos aportar a los demás con nuestro cambio y lo que podemos influir en otros para que se animen a hacer su cambio también.

 

Ponerle emoción a la visión

 

Que nuestra visión pase de una idea a una visión con emoción. Sentir lo tenemos entre nuestras manos, sentir que lo hemos conseguido. Porque desde la emoción siempre pasaremos más rápido a la acción. La emoción es la que nos mueve y motiva a dar los pasos que necesitamos.

 

  1. CONVERTIRNOS EN UNOS EXPLORADORES

Una vez que conocemos y aceptamos nuestra realidad, estamos convencidos y comprometidos en cambiarla, hemos creado una visión y la hemos sentido como real, tenemos que ponernos a indagar, buscar nuevas maneras de hacer y explorar caminos nuevos.

No nos podemos conformar con lo que ya conocemos, tenemos que exponernos a nuevos aprendizajes, lecturas y conocimientos. Contactar con nuevas personas que nos den visiones diferentes, que nos puedan explicar a través de su ejemplo e inspiración nuevos caminos a los que adentrarnos.

Todo lo nuevo genera riesgo e incertidumbre; pero es parte de la vida de un explorador.

Cuando estamos expuestos a algo desconocido, esto nos puede generar incertidumbre y dudas, ya que no conocemos como van a ser los resultados. No podemos tener el control de todo al 100%.

Tener nuevos inputs y propuestas nos van a ayudar a desarrollar nuestra parte creativa. Parte creativa, tan necesaria, para innovar en nuestro camino hacia el cambio.

Dejar de hacer lo mismo para dejar de tener los mismos resultados

 En definitiva, salir de nuestra zona de confort (que se ha vuelto inconfortable) para buscar nuevas zonas, donde muchas veces tengamos que ir decidiendo sobre la marcha de manera inteligente; se trata de descubrir y liderar en lo nuevo, con lo cual, aprenderemos también a adaptarnos y ser flexibles. Aprender a aprender.

 

  1. RITMOS PERSONALES

Cada proceso de cambio tiene su propio ritmo. Los cambios son muy personales porque cada uno portamos una mochila cargada de experiencias, creencias, vivencias, patrones de comportamientos y programaciones mentales con maneras de pensar muy diferentes.

Pero debemos tener una serie de actitudes indispensables y comunes, para todo el mundo que quiere hacer cualquier cambio en su vida tanto profesional como personal. Estas actitudes son: la paciencia, la perseverancia, la voluntad, la disciplina, el compromiso (del que ya he hablado en el primer punto) y el esfuerzo.

La motivación es otro punto clave, pero esta va a venir de la mano de nuestro entorno.

Podemos motivarnos individualmente con afirmaciones que nos repetimos a diario, con nuestro para qué o propósito siempre a la vista, con nuestro carácter optimista, pero necesitamos también de un entorno que nos inspire con su ejemplo.

Un entorno con el que nos sintamos acompañados en este proceso, y que siempre estén a nuestro lado para darnos su apoyo cuando nos encontremos con piedras en el camino.

Hay pequeños fracasos, idas y venidas, dudas y momentos de miedo a la incertidumbre, ya que el resultado de cambio nunca es a corto plazo. Por esto, es muy importante inspirarnos con las historias de personas que han conseguido cambios en sus vidas.

 

  1. ELIMINAR BARRERAS Y CREENCIAS

Estas son una de las razones que exponía en el punto anterior, que puede hacer que nuestro ritmo no sea tan rápido como deseamos.

Van a aparecer en nuestro camino de cambio, creencias que tenemos que analizar y trabajar porque nos están levantando una barrera en nuestro proceso.

Estas creencias limitantes van a aparecer cuando tengamos dudas, y van a luchar para que no creamos en nuestras capacidades para realizar el cambio.

Son los patrones que hemos aprendido a través de nuestra educación, de nuestra cultura y de unos valores que nada tienen que ver con los que queremos tener y honrar.

En este punto es muy importante seguir trabajando el conocimiento de nosotros mismos, de nuestros valores, de nuestros talentos y capacidades. Hay que trabajar todo esto con pensamiento crítico y no con pensamiento automático.

Es el momento de apagar el interruptor del automatismo para encender la luz del conocimiento y el pensamiento crítico

Existen muchas metodologías y herramientas para trabajar las creencias que son un obstáculo de crecimiento y desarrollo personal.

Podrán ser un éxito en tu cambio, si primero eres consciente de dichas creencias y estás dispuesto a trabajar para acabar con ellas.

No es un trabajo fácil, porque en ocasiones sentirás que estás fuera del sistema establecido, de la educación que has recibido y de lo que la sociedad espera de ti.

Pero no hay mayor limitación que no tener la oportunidad de conocernos y crecer desde nuestro SER.

 

  1. GANAR PEQUEÑAS BATALLAS

Todo este proceso pasa por crear pequeños proyectos y pequeñas acciones. No podemos pretender alcanzar nuestra meta sin planificar un buen recorrido.

Crear pequeños proyectos con acciones para alcanzar un mismo objetivo.

Mantener la inercia en todo el camino a través de la mejora continua y el compromiso hacía la transformación.

Tener presente el para qué lo estamos haciendo, cuál es el propósito por el que lo estamos haciendo, que vamos a conseguir (los beneficios), que valores nos van a mantener equilibrados y nos van a guiar en nuestras decisiones.

Buscar el sentido a todo este cambio. No solo un sentido para nuestra vida, sino que además con esta nueva vida, con esta nueva manera de pensar y de hacer, podamos impactar en nuestro alrededor.

Podemos ser ejemplo de cambio y mejora de nuestras vidas en los demás

 

  1. CREAR UNOS PILARES FUERTES QUE SUSTENTEN TU NUEVA VIDA

Estos pilares tienen como base los valores y principios que van a ser los guías de la toma de nuestras decisiones. Necesitamos tener unos valores y principios que nos muevan hacia nuestro cambio, y que nos ayuden a mantener el equilibrio emocional que necesitamos. Cuando actuamos en contra de nuestros principios y de lo que más valoramos estamos haciendo crecer una vida sin sentido.

 

  1. TU CAMBIO TIENE QUE GENERAR UNA MEJORA EN TI PARA IMPACTAR E INSPIRAR A LOS DEMÁS

Utilizar nuestro cambio para crecer como personas y profesionales, para generar una mejora en nuestra vida y ayudar a mejorar la vida de los demás.

Ver en que podemos ser útiles, como podemos servir a los demás, que problemas podemos resolver y en que causa podemos contribuir desde nuestra posición.

Nuestro trabajo interior, nuestro proceso de cambio y la manera en que damos sentido a nuestra vida, tiene que ir acompañado con una misión que genere un cambio en los demás.

En nuestro día a día podemos hacer cosas que mejoren la vida de los demás. No hace falta que sea El Gran Proyecto de tu vida. Simplemente, con pequeñas acciones, gestos, una llamada, un contacto, unas palabras…podemos hacer que un mal día se transforme en un día lleno de luz.

Te has preguntado alguna vez ¿qué vas a dejar de ti en tu entorno?.

Compartir con el mundo lo que mejor sabemos hacer. Contribuir con nuestras habilidades y talentos. Dar apoyo, alegría, compañía, motivación y empuje al que lo necesita. En definitiva, buscar maneras de impactar en los demás para mejorarles la vida.

 

Sé el cambio que quieres ver en el mundo. Mahatma Gandhi

Espero que todas estas etapas puedan ayudarte a gestionar y planificar el cambio que quieres hacer, para vivir la vida que quieres vivir.

Un abrazo

Ana

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