¿Qué hacemos con los miedos?

 

 

Hoy hablaba con una amiga sobre los miedos. La de cosas que dejamos por hacer a causa de todos ellos.

 Después de una larga conversación, de vuelta a casa, me ha venido a la cabeza de nuevo mi blog, por qué lo inicié, que sentido tenia hacerlo y el por qué de no escribir…

Ha sido la primera vez en una conversación con una amiga, que he expresado verbalmente mi miedo a escribir y el por qué de ese miedo.

En su día cuando decidí escribir este blog fue con la idea de contar mis experiencias en otro país y de este modo, algunas mujeres se podían sentir identificadas y podrían incluso compartir sus experiencias también.

Escribí un primer post de presentación, y a partir de ahí, no volví a escribir más. La cabeza empieza a trabajar en pensamientos y películas que creamos nosotras mismas. Y eso me paso.

Empecé a sentir miedos sobre quién me iba a leer, que iban a pensar, como me podían juzgar etc., y todo esto me iba generando un montón de inseguridades. Inseguridades sobre el interés del blog, inseguridades sobre las apariencias que podrían suscitar, inseguridades en cuanto a mi buena o mala manera de escribir…., en definitiva miedos y más miedos. Y con ello las justificaciones: igual no es tan interesante, tampoco la gente lo puede ver tan útil…

Todo esto me ha llevado a estar completamente parada a escribir, a compartir historias y a seguir con un proyecto que en inicio era toda una bonita aventura de ayuda , y se había convertido en una parte olvidada adrede , porque había un miedo mucho más grande que me impedía continuar.

Hoy he decidió que hay que hacerle frente al miedo para superar el miedo. Que todos esos pensamientos que fabricaba  mi mente, me generaban unos sentimientos negativos hacia el blog, que me hacían no tomar acción en algo que en su día había sido una idea muy positiva y bonita.

Y aprovechando este miedo que estoy compartiendo, he pensado por qué no utilizarlo como tema de mi segundo post y de este modo ir perdiendo poco a poco el miedo a lo que piensen, a lo que digan y a lo que juzguen.

A lo largo de mis años en Francia, ya he cumplido 8, han surgido un montón de miedos que en muchas ocasiones no me han dejado actuar como yo soy.  Los miedos te empequeñecen y no dejan que brille todo el potencial que tienes para hacer millones de planes y proyectos.

Cuando estás viviendo en otro país la idea de cómo nos mirarán, si nos comprenderán, si nos aceptarán, si nos juzgarán está latente en cada actividad que quieres comenzar. Todos estos son miedos que podrías tenerlos igualmente en tu país por una falta de autoestima, pero cuando estás en un país que no es el tuyo, teniendo una buena autoestima o no, hay ciertas cosas a la hora de vivir y desenvolverte que te crean la inseguridad, y por tanto, el miedo.

Recuerdo cuando llegué hace 8 años, que no tenía ni idea de francés. Y desde el primer día te tenías que lanzar fuera para hacer las cosas más rutinarias y fáciles que podrías hacer en España.  El no poder expresarte de manera fluida hace que: primero, sea un súper-esfuerzo hacer cualquier cosa y segundo, te genera el miedo de no ser capaz.

De ahí, que dar el paso a realizar actividades con personas que no son de tu entorno ni de tu lengua, sea una verdadera odisea en muchas ocasiones, y al final por pura pereza y al mismo tiempo miedo, te quedes en casa y tomes otras decisiones más confortables.  Como dice ahora la psicología positiva, salir de tu zona de confort es uno de los mayores retos a perder miedos.

Si tomamos en su día la decisión de cambiar de país, ya hemos salimos una vez de nuestra zona de confort, y por tanto, somos capaces de salir más veces y superar todos los obstáculos, y como no, miedos que generamos en nuestra mente.

Tengo muy claro después de todos estos años, que una vez que das el paso y te mueves, tienes que seguir moviéndote. Tienes que seguir dando más pasos y haciéndole frente a todos esos miedos que tenemos. Cuando nos sentimos extrañas en un ambiente que no es el nuestro,  tenemos que hacer el esfuerzo, porque es dónde vivimos y dónde tenemos que integrarnos, si queremos.

Nosotras tenemos la opción de elegir, quedarnos paradas en nuestro sofá esperando que las cosas lleguen, o enfrentarnos a lo que hay fuera e ir a por todas. Esto va solo para aquellas que no están conformes con lo que están viviendo y que quieren hacer un cambio en sus vidas. Solo para ellas.

Yo decidí en su momento salir, y abrirme a todo lo que se me cruzaba en el camino. Y puedo asegurar que es una de los mejores recursos para cambiar, para aprovechar las oportunidades, para aprender de las frustraciones y para ver que nuestras capacidades no tiene límites.

No sabemos de lo que somos capaces hasta que lo intentamos, pero para intentarlo debemos crearnos una confianza mínima para dar el primer paso. Y esa confianza mínima tiene que venir de ver las cosas de manera positiva.

“Cuando no podemos cambiar la situación a la que nos enfrentamos, el reto consiste en cambiarnos a nosotros mismos” – Viktor FRANKL (libro: El hombre en busca de sentido).

Y ese desde luego es nuestro reto, hacer el esfuerzo cada día para desarrollar aquello que deseamos, que independientemente de la circunstancias, nadie nos va a quitar la elección de intentarlo.

Hay gente que me conoce y me dice que soy una echada para adelante, que nada me para, y que me van saliendo las cosas. Todos estos años me han servido para ponerme pequeñas metas y propósitos, y al final, en eso consiste todo.

Es mucho más fácil lamentarte de la situación que hacer el esfuerzo para cambiarla; yo siempre he pensado que en mi vida merece la pena salir y probar. Decía Vicent van Gogh: “¿qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?

Contra el miedo , el valor para crear nuevas circunstancias que mejoren nuestro entorno y el de quienes nos rodean.

Y hoy utilizo mi valor para vencer al miedo que tenia y que seguiré teniendo para escribir en este blog.

Démonos permiso para experimentar nuevas situaciones. Dejemos de lado los miedos, que en la mayoría de los casos son ficticios y creados por nuestra mente, y que restan de oportunidades a nuestra vida.

Que nunca te arrepientas de no haberlo intentado

Nos vemos en el siguiente post con nuevos propósitos.

Un abrazo

Ana

3 comentarios en “¿Qué hacemos con los miedos?”

  1. Cuanta verdad en tus palabras. El miedo nos paraliza,pero hace mucho que no lo tengo. Al igual que tu,llegué a un país extranjero, hay obstaculos,pero eso es lo que hace la vida interesante. De cada sitio, de cada experiencia intento llevarme lo bueno, porque detras siempre hay un aprendizaje y me encanta aprender. Me hace sentirme joven. Has optado por vencer ese muedo. Eso es genial! Veras cómo te sientes más dinámica, más activa. Bienvenida a la vida o así al menos es como lo siento yo. Enhorabuena!

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