El sentido de la vida a través de la coherencia

 

¿Cuántas veces hemos pensado que lo que hacemos no tiene sentido, que dónde estamos no tiene sentido, que el entorno que tenemos no tiene sentido con lo que queremos?

Todo adquiere un sentido cuando alcanzamos una coherencia en nuestra vida. Una coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.

Las creencias que hemos absorbido a lo largo de nuestras experiencias vivenciales, no siempre nos han ayudado a ser coherentes y alcanzar ese equilibrio y paz mental que nos aleja del sufrimiento.

Unas creencias que nos limitan para pensar, sentir y actuar en coherencia con lo que realmente somos.

Cuando llegas a ese estado de consciencia de saber quién realmente eres, es cuando todo tu castillo de naipes que sostenía al personaje se cae.

Un personaje que hemos estado desempeñando durante años para hacer lo que no quería hacer, para agradar y ser reconocido y felicitado por otros y, para mantener un estatus según unos patrones programados por la sociedad y la cultura.

Pero llega un día en que el vacío es tan grande, el sinsentido tan loco, que la vida te dice: «¡para, este no es tu camino!». Algunas veces te lo dice de manera brusca en forma de enfermedad, como (depresión, Burnout, ansiedad, estrés …), que convierten a un gran profesional en una pequeña piltrafa.

La coherencia nos lleva al centro. Nos da el foco de nuestra existencia. Nos permite el discernimiento de nuestros pensamientos, para que estos no nos manejen de manera automática.

¿Cuántas personas están deseosas de hacer un cambio profesional pero no lo consiguen? Muchas.

El principal motivo es la falta de trabajo personal. Desvincularse de la programación de creencias, estilos de vida, patrones, reconocimiento social, expectativas de los otros, roles que no encajan con quiénes somos y con lo que queremos hacer.

Pero para ello, lo primero es saber quiénes somos y que queremos. Y ahí está el gran problema de este mundo y de las personas que lo conforman. Es más fácil seguir preocupándonos de los quehaceres diarios que nos mantienen en el sufrimiento y vacío, que ocuparnos de lo importante; de nosotros mismos.

La coherencia es…

La coherencia es amor. Amor por uno mismo, dándonos estabilidad, equilibrio y paz mental. Y todo esto genera amor en nuestro entorno.

La coherencia es responsabilidad. Responsabilidad en la toma de decisiones, en los actos que hacemos, en las palabras que decimos y todo esto influye en nuestro alrededor.

La coherencia es sentir. Sentir aquello que nos hace estar bien. Sentir las emociones y observar que producen en nuestro cuerpo y en nuestra manera de actuar.

La coherencia es control de nuestros pensamientos. Es no dejarnos llevar por todos esos pensamientos que no expresan lo mejor de cada uno de nosotros. Pensamientos con juicio hacia nosotros y hacia los demás.

La coherencia se encuentra en el acto de servicio. Cuando lo que haces tiene sentido y un valor para ti y lo pones al servicio de los demás. Sientes que eres un conjunto de talentos y dones que dan valor al mundo al que perteneces.

Pregúntate que es lo que hoy da sentido a tu vida y vive en coherencia con lo que piensas, sientes y haces. Sí para ello necesitas hacer cambios…es el momento de la acción. ¿Cuánto tiempo más vas a esperar y alargar el sufrimiento?

Revisa cuales son esos miedos que ahora mismo te están paralizando. Revisa las creencias que en este momento te están limitando y bloqueando. Tu mejor que nadie sabe lo que es mejor para ti. Sabes lo que te está mermando la autoestima y el autoconcepto que tienes sobre ti.

Todos necesitamos hacer cambios para poder evolucionar con la vida. Pero estos cambios tienen que tener un sentido. Tienen que ser coherentes con nosotros. Es cierto que un cambio siempre es incertidumbre porque estamos acostumbrados a querer tener todo bajo control. Pero necesitamos pasar por esa incertidumbre para poder llegar a un equilibrio.

Todos pasamos por una noche oscura del alma para alcanzar la luz.

Evocando a la noche oscura del místico San Juan de la Cruz, todos pasamos por una noche oscura del alma para alcanzar la luz. Todos pasamos por momentos de cambios e incertidumbre para poder empujarnos a tomar consciencia de nuestra situación y trabajar en ese cambio de mejora. Muchas veces, caer a lo más profundo del abismo es el único camino que nos da la vida para obligarnos a sacar las fuerzas y lo más valioso que tenemos; nuestro poder personal.

No dudes en buscar lo que da sentido a tu vida. No dudes en sacar de tu vida aquello que no te hace sentir bien. Quizás se trata de algo que no es reconocido socialmente como exitoso. O por el contrario, encontrarás a personas en tu entorno que dirán que te estás equivocando, que ese no es tu camino. Quizás tengas miedo a no cumplir con las expectativas de otros y defraudarles.

En todo esto, ¿en quién estás pensando?.

Es hora de que pienses en ti. Es hora de que pienses en tu vida; en que te des un espacio para reflexionar sobre lo que quieres hacer, cómo quieres hacerlo y dónde.

El cambio empieza dentro de ti. Eres tú quién debe de tomar las riendas de él y después de la reflexión pasar a la acción.

Te invito a reflexionar sobre lo que quieres cambiar en tu vida personal o profesional. Te invito a ser consciente de todo lo que te frena para cambiarlo. Las creencias, el entorno, tu estima, tu valoración, el miedo…

La coherencia empieza por no conformarte con lo que te hace sufrir. Siempre puedes crear donde no hay camino.

Un abrazo

Ana

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