¿Por qué no dar las gracias a una vida pasada, a un antiguo proyecto o a una persona que se fue?
Aunque hayan sido buenas o malas experiencias es bueno agradecer su aprendizaje, su lección y también el cambio producido en nosotros.
Eso es lo que quiero hacer hoy. Dar las gracias a Mujer Expat. Ese rol expatriado con el que empecé mi proyecto profesional, acompañando a mujeres expatriadas en su cambio profesional, y que comenzó con un blog.
Hoy ya no me resonaba nada, porque ese papel de expatriada ya no tiene tanta importancia en mi vida. No me aporta en mi evolución personal y profesional. Pero no por ello, ha sido uno de los momentos más importantes de mi vida, ya que fue un punto de inflexión para empezar a trabajar sobre mi autoconocimiento, mis valores, mis creencias limitantes, mis capacidades y cualidades.
Gracias a ese rol de Mujer Expatriada puede experimentar y gestionar ese cambio de país, de cultura y sobre todo desarrollar un nuevo proyecto que cambio mi vida profesional.
Hay un refrán español que dice “es de bien nacidos ser agradecidos”, y aunque esa etapa de mi vida también tuvo muchos momentos de sombras, donde no encontraba mi lugar en este cambio, esas sombras me ayudaron primero a caer muy hondo para luego salir a la superficie con más fuerza.
Siempre he conseguido todo lo que me he propuesto; cualquier reto o cambio era un impulso que me hacía trabajar y perseverar para conseguirlo. Pero en esta ocasión no pasó lo mismo.
Tuve unos años de desafío y reto con el idioma, la cultura y la vida que tenía por delante en otro país. Y como siempre, los asumí y trabajé para superarlos como he hecho siempre. Pero, en un determinado momento me dejé llevar por las circunstancias y di voz con un gran altavoz a mi oponente. A esa mente que nos mete en los pensamientos negativos que nos hacen sentirnos como víctimas para reaccionar desde la no acción.
Dejé de ser la persona proactiva que siempre había sido. Aquella que se buscaba la vida, era valiente y le ilusionaban los retos. Ahora había perdido toda ilusión, no me sentía capaz, tenía miedo y en mi cabeza estaba la idea de remordimiento porque igual me confundía al tomar la decisión de dejar mi país, mi trabajo y mi vida.
En ocasiones tenemos que caer al vació, hundirnos en nuestros propios pensamientos y angustias para aprender a reconocer en que nos estamos convirtiendo. La autoestima cae en picado y es difícil encontrar una salida que nos lleve de nuevo a ser la persona valiente, idealista, persistente, creativa de soluciones y buscadora de nuevos caminos, que siempre hemos sido.
PEDIR AYUDA ES DE VALIENTES
Son esos momentos en los que necesitas pedir ayuda, una ayuda exterior que te pueda acompañar a recomponerte personalmente y de este modo recuperar la vida profesional que deseas.
Y eso es lo que pasó. Gracias a la ayuda de una formación para la reconstrucción de la autoestima, el autoconocimiento y la creación del proyecto profesional puede volver a retomar la responsabilidad y el volante para dirigir mi vida de nuevo.
¡Qué curioso que toda esta experiencia vivida y trabaja es la esencia de lo que hoy hago, acompañando a mujeres en su proceso de cambio profesional!.
Ayudar a otras mujeres a recuperar la confianza, la autoestima, la responsabilidad, la proactividad y sobre todo la valentía para enfrentarse a todos aquellos fantasma que sus mentes han creado. Y todo esto, gracias a mi propia experiencia.
DAR GRACIAS TE ENGRANDECE
Por ello, doy gracias a esta etapa de mi proyecto que termina para comenzar otra con un nombre que puede enmarcar mejor la actividad que desarrollo.
Ya no me siento Mujer Expat, nombre con el que comenzó mi proyecto, hoy resueno con Cambio Profesional porque es en lo que quiero seguir ayudando. Seguir acompañando en procesos de cambio, en procesos de generar nuevas ideas, nuevos caminos, en crear nuevas realidades que den sentido a la vida de las personas.
Hay una frase que tengo muy presente cada día: “Lo que crees lo creas”. Y la tengo muy presente porque a lo largo de mi vida se ha ido cumpliendo como una promesa.
Cuando he creído en mí, en mis capacidades, en las cosas que puedo lograr, en mi esfuerzo, mi perseverancia, en la constancia de un trabajo bien hecho, siempre he creado cosas muy buenas y positivas en mi vida. Y esto ha hecho, que mantuviera la motivación para ir a por el siguiente reto.
Los cambios vistos como un proceso dentro de la vida pueden llegar a ser una bendición y un regalo. Después de cada cambio siempre hay una transformación. Por ello, hay que hacer una despedida de gratitud hacia todo aquello que se va y lo dejamos soltar.
Algo viejo que muere y algo nuevo que renace, pero con más fuerza y totalmente diferente a lo que dejamos atrás.
Así que doy las gracias por las experiencias vividas y los diferentes roles desarrollados porque sin ellos no hubiera sido posible mi transformación y evolución.
Como siempre digo a mis clientas que acompaño en el programa de emprendimiento de negocio: “los negocios no son estáticos; tienen que evolucionar porque vosotras evolucionáis con la vida”.
Si te encuentras en un momento de finalizar algo, un empleo, una relación, un cambio de ciudad…busca al menos tres cosas que agradecer a la persona, la situación, el empleo o la ciudad.
Quizas esta finalización no está siendo feliz, ya que ha sido la causa de malos momentos, ahora te costará trabajo agradecer, pero una vez que finalice ese duelo, agradece para soltar la situación y que no se quede tu mente atrapada en ella.
En mi caso, te doy las gracias Mujer Expat por haber iniciado contigo este camino de emprendimiento. Y bienvenido Cambio Profesional para seguir contigo acompañando a todas las personas, que quieren realizar una transformación personal y profesional en sus vidas.
¿Necesitas hacer un cambio? Hablemos